Despertamos en la oscuridad
Nos dijimos: “Algo oímos”
“Sí, fue como algo que podría despertarnos
Una detonación, quizá:
Se oyó como un petardo
Deshaciendose sobre las casas: Un poco de calor
En el frío de la madrugada
Un poco de luz viva
Sobre el disco muerto de la luna”

“No: Sonó como una gata en celo
Como un niño abandonado en lo oscuro”

Afinando los oídos en la larga oscuridad
Trepando el muro de silencio de la madrugada
Buscando oírlo de nuevo
Tentando atrapar a ese intruso

El tenue incesante crepitar del silencio.

“Sonó como el golpe dado con un hacha
en los maderos de una casa vacía.
Con el ruido de un casco partiéndose”

“Sí: un sonido seco
como el que haría una piedra arrojada desde lo alto (y es profunda la la sima y cortada con escoplo)
como un madero dando contra el suelo
como el suelo mismo crujiendo… por la deriva”

Con los ojos abiertos a la oscuridad
Escuchamos con enormes ojos
Tentando los objetos de la casa
Con finas membranas

“Si tan sólo se repitiera, sabríamos”

“¿Cómo saber qué fue si estábamos dormidos
cuando todo sucedió?”

“Sh.”

“Escucha”

Ahora estamos acá
Lejos del sueño
Algo nos detonó antes
Algo nos impulsó arriba En el aire frío En el incesante tenue crepitar.

“No, no lo oíste: ese sordo retumbo
te fue sugerido por la misma pregunta
la mente desboca caballos salvajes ante el miedo”

“No, no lo oíste
simplemente quieres hablar
simplemente quieres escucharme hablar
¿No te cansas? ¿No te cansas de escucharme hablar?

(¿No es gracioso?)”

El silencio se hace más profundo cuando lo oyes La oscuridad más opaca cuando reparas en ella Negativas, contínuas, circundan los límites. El aire frío nos invita a taparnos con pesadas mantas A beber por las tardes y a quedarnos en casa. La oscuridad y el silencio nos promueven al sueño.

Ahora estamos acá lejos de él. Un poco de calor en el aire de la fría madrugada El destello del pensamiento Sobre el disco oscuro del silencio

“Sonó como huesos dentro de una bolsa
Como hacha arrojada desde lo alto
Como niño abandonado por su madre
Como golpe dado contra el suelo
Como goznes de una ventana
Que bate el viento en una casa desierta
Como madero golpeando contra otro madero
Como casco crujiendo”

Callamos, te dormiste, despertaste llorando:

Soñaste que alguien había muerto.